Felicidad.

 A veces me pregunto cuan ilusoria es la felicidad. El tiempo pasa, la gente envejece, las hojas caen, el cielo oscurece y se va nublando conforme se acerca el otoño. Todo gira sobre su eje "equilibradamente", y sigue su curso inalterable. Pero la felicidad no. Esta dura lo que nosotros elegimos, y esque realmente somos nosotros quienes controlamos nuestras emociones por completo. Una cosa carece de importancia si no la valoras, y tiene sentido sólo si nosotros mismos se lo otorgamos. No obstante, también somos capaces de entregarnos a otra persona, siendo esta entonces responsable de nuestro equilibro emocional, tan sumamente frágil.
Por supuesto, este acto es irrealizable, pues las emociones, como ya he dicho antes, son sólo nuestras. Pero es entonces cuando nos convencemos de que han sido atribuídas a otro dueño.
Y lo cierto es que todo eso es mentira. Caí en ese engaño incluso siendo consciente de ello, por la necesidad de "ser" de alguien, y con ello, formar parte de esa persona. Hasta que abrí los ojos. No puedo ser de nadie más que mía, y nadie más puede manejar mis hilos si no lo hace a través de mi misma. Todo está en nuestra mente. No estamos aquí para cuestionar si la vida es buena o mala, o si somos desdichados u afortunados. Únicamente existimos, vivimos. No tenemos razón de ser.
Los segundos se van agotando, así que debemos aprovecharlos al máximo, lo que da pie a mi "filosofía": no merece la pena preocuparse por las cosas que no tienen solución. No se soluciona nada, y lo único que se consigue es atormentarse y acabar frustrado. Así pues, continuar con vuestras vidas sin mirar atrás, sin percataros tampoco de que nuestro tiempo se agota, simplemente disfrutar lo que tenéis.

Resignación, lógica o ambas?
Tal vez digáis "no, es miedo a afrontar sus problemas".
No es temor, no es huir de ellos, es restarles toda su importancia hasta que dejen de ser un incordio.
No voy a luchar por una batalla perdida.

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